CONTRATO
Olga A. de Linares
Apuntó con fría precisión.
—¡Scram! ¡Scram! —Los disparos sonaron tan juntos que parecieron solo uno.
“Misión cumplida”, se dijo Boogie. Guardando el arma, lanzó una mirada despreciativa al cuerpo tendido a sus pies.
Ahora, a hacerse con el resto de la tarifa acordada con el tal Gaut vel Hartman.
El griego ese no lo volvería a molestar. A menos que, como a Lázaro, alguna química impura pudiera volverlo a la vida.
Bien, en todo caso, eso podría representar nuevos trabajos para él.
Boogie sonrió torcidamente. No estaría mal. Más ingresos para su bolsillo.
Claro, habrá que ver si alguno, desafiando al capo mafia, se atreve a resucitarlo.
Pero, acá, todo es posible, murmuró. Y encendiendo un cigarrillo se alejó. Era hora de cobrar el contrato.
2 comentarios:
Olga, aplausos! Chapeaux... como dirían en Francia.
Pato.
Gracias, Pato, yo me divertí mucho al escribir esto, así que, si encima gusta... puedo decir igual que Boogie: ¡misión cumplida!
Publicar un comentario