LA RESPUESTA
Jacques Sternberg
Cuando se construyó, por fin, un ordenador capaz de responder, sin error posible, a todas las preguntas, se empezó por preguntarle por que el hombre había sido puesto en esta tierra. Y el ordenador respondió que había sido puesto con el único fin de preguntarse en vano por qué estaba en esta tierra.
Tras diez segundos de pausa, añadió que evidentemente era este pánico de los hombres ante el absurdo lo que les había permitido construir esta civilización hipertrofiada. Que él mismo, entre otros, les debía la vida y que aprovechaba la ocasión para darles las gracias.
De
188 contes à régler.
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