EL VOLADOR
Marcial Fernández
Apagó el televisor y la guerra contra el mal estaba declarada. Pedrito iba a ser el primer niño Superhéroe. No obstante, para ello tenía que volverse diestro en el arte de volar, acción que en realidad no presentaba mayor problema, pues tan sólo consistía en saltar al vacío desde el séptimo piso de donde vivía y extender los brazos como Clark Kent cuando se convierte en Supermán. Así que Pedrito abrió la ventana de su habitación. Miró a la banqueta. Padeció vértigo. Dudó un instante; lo pensó dos veces. Sin embargo, valerosamente se arrojó al precipicio. Y "voló al cielo", según dice su epitafio.
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