SOLO Y SU ALMA
Ricardo Chávez Castañeda
Vagando alrededor del mundo, por centurias, solo y su alma. Siempre solo y su alma hasta que al camino del mundo le salieron dos caminos.
—Por aquí —dijo solo.
Pero alma, que ve más allá del horizonte, adivinó que aquella era la ruta de la perdición.
—No, por acá —dijo alma.
Y, sin embargo, solo, que sabe leer los rastros en la tierra, vio que esa senda no era para ser caminada por nada que estuviera vivo.
Tercos los dos, solo se fue sin su alma —o sea, desalmado— por la ruta de la perdición y, por el otro camino del mundo, alma se fue sola, o sea desolada, sin dejar huella en la tierra.
1 comentario:
¡Excelente!
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