PÁGINA EN VERDE
José Vicente Ortuño
Sintió vértigo ante el abismo cegador de la página en verde. ¿Verde? ¿Por qué intentaba escribir en una página verde? ¿Y qué coño eran esas esferas de colores que giraban a su alrededor?
—¡Eh tú, borrachuzo! ¡Escritorzuelo de tres al cuarto! —dijo alguien sacudiéndolo con brusquedad—. ¡Si vomitas sobre la mesa de billar te corto los cojones y te los hago tragar! ¡Levanta y vete a dormir la mona a otra parte!
José Vicente Ortuño
Sintió vértigo ante el abismo cegador de la página en verde. ¿Verde? ¿Por qué intentaba escribir en una página verde? ¿Y qué coño eran esas esferas de colores que giraban a su alrededor?
—¡Eh tú, borrachuzo! ¡Escritorzuelo de tres al cuarto! —dijo alguien sacudiéndolo con brusquedad—. ¡Si vomitas sobre la mesa de billar te corto los cojones y te los hago tragar! ¡Levanta y vete a dormir la mona a otra parte!
3 comentarios:
Muy bueno, don José ( ¿o era don Pepito?). ya tiene uno en el cuadro de honor, afloje, no sea acaparador.
jajaja..., de vomitar sobre la pagina en verde, debería pasar de escritor a pintor. No muy ortodoxo por cierto.-
A ver, don José Vicente, recuéstese en el diván y cuénteme... ¿por qué esa fijación con el vómito? ¿Su propensión a sufrirlo en ámbitos variados, tiene algo que ver con la náusea existencial? ¿O con una exposición excesiva a productos químicos e impuros? No se preocupe, mi amigo, unas cuantas sesiones de terapia pueden hacer nilagros. Y si no, algún buen antiemético lo sacará de tan incómodos trances. No se angustie, todo tiene solución en esta vida.
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