BAJAN
Alejandro Bentivoglio
Salgo de mi departamento y como el ascensor no funciona, me decido por las escaleras. Sin embargo, los escalones no parecen terminar nunca y doy vueltas y vueltas sin llegar nunca al piso de abajo.
Horrorizado descubro que cien escalones más abajo descansa un esqueleto polvoriento.
De D
akota, memorias de una muñeca inflable.
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