DESOLACIÓN
María del Pilar Jorge
El hombre y las tres mujeres avanzan tozudamente por el sendero tortuoso que atraviesa el páramo agreste. Atrás quedan los cuerpos calcinados, fuego y lágrimas, y el dolor de los que agonizan, pero ellos siguen adelante con desesperada tenacidad.
Al llegar a la última colina, la mujer más vieja se detiene un momento.
—¡Ánimo mujer! Empezaremos de nuevo.
Empezar de nuevo... Ella duda, las lágrimas resbalan por su tez curtida. Luego, atisba por un instante la soledad y la desolación de la ciudad muerta.
Un frío acerado le recorre el cuerpo.
El hombre le grita, las hijas la llaman, pero ya no los escucha.
Y mientras permanece allí pétrea, el sol vuelve a brillar y el humo sube de la tierra, Lot entra en Zoar.
Ilustración: Hendrik Goltzius
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