miércoles, 16 de julio de 2008

Distraídos - Alejandro Bentivoglio



El televisor se encendió solo, en medio de la noche. Apareció una cara que no conocíamos. Un hombre dando noticias de un mundo imposible. Nos quedamos toda la semana viéndolo, aunque su idioma nos era completamente ajeno. Algunos días después, sin embargo, el televisor se apagó y no hubo forma de volver a prenderlo.
A la mañana siguiente llegaron los primeros tanques.

De Dakota, memorias de una muñeca inflable.

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