EL MUSO
José Vicente Ortuño
—Sí, soy un muso, ¿algún problema al respecto?
—Esperaba una jovencita ligera de ropa, no un tipo con pinta de motero. Supongo que al menos serás gay.
—Eso es sexismo. Mi sexo y orientación sexual no influyen en mi competencia profesional.
—Pues yo soy el artista y quiero una musa femenina.
—Imposible, hay un turno de oficio y acude quien le corresponde.
—Entonces, ¿hay más de nueve musas?
—Claro, el Parlamento Olímpico aprobó mil plazas en la Oferta de Empleo Público.
—¿Entonces las musas… y los musos, son funcionarios?
—Claro, funcionarios por oposición. Los días del enchufismo pasaron a la historia.
—Vale, inspírame un relato.
—Tenga, rellene este impreso de solicitud y no olvide firmar...
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