En los columpios donde dormían mendigos ahora juegan sesenta y nueve niños. Los comanda Omberto, “el soberbio”; nadie los hamaca.
Los traficantes de “paco” friegan sus palmas; desde las mesas del bar vigilan la plaza “Purgatorio” manejando sus andadas. Campagnatico brilla a espaldas de la Maremma; “El soberbio” trajo hoy una buena “camada”.
Sesenta nueve cabezas más para “tranzar”, de origen toscazo sus entrañas.
A las cinco el sol quema la arena; con treinta y tres grados, un linyera duerme la siesta enfundado en una manta. A la orden: “Io sono Omberto”, la “barrita” correrá a fumar la “pasta sagrada”. Comienza la ronda, el fósforo arde alumbrando el “Purgatorio”, “el paco” aromatiza las almas desahuciadas.
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