jueves, 10 de julio de 2008

Igual - Hernán Domínguez Nimo


No interesan mi pico trunco ni mi vista estrábica, que no me permiten picotear ni una semilla del piso. No importa que mis alas membranosas nunca hayan tenido la fuerza necesaria para elevarme en el aire. Y que, aunque lo hubiera conseguido, mi ala derecha, la más corta, me hubiera condenado a un eterno y estúpido vuelo circular. Mi deformidad congénita, el objeto de mi vida llena de burlas entre los de mi raza, ya no tiene importancia. Todos estamos aquí. Yo, el deforme, y mis hermanos perfectos. Todos atrapados, encerrados, exhibidos. Sólo la ceguera humana podía igualarme a los demás.

No hay comentarios: