NARCISO MODERNO
J. Alfredo García Gil
Las chicas le gritaron al unísono ¡sabroso! Pavoneado y sin apartarlo de su mente siguió su camino, llegó a su casa, y quiso corroborarlo. Comenzó por las uñas, gustaban bien, se las comió todas, creyó era un avance, muchos no pasan de medio mordisquearse las uñas. Se cortó el dedo pequeño del pie y lo tragó de un bocado. Degustándose se automutilaba, mientras más comía más se gustaba… ¡qué razón tenían las chicas!
Ilustración de Jan Cossiers.
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