REY CARMESÍ
Ricardo Bernal
Una vez más Fripp afina la guitarra. Catorce horas diarias de ensayo durante meses: los dedos esquían, ascienden, hacen piruetas inverosímiles… por las noches Fripp sueña que toca la guitarra.
Llega la noche del concierto, se apagan las luces del escenario. Nosotros, silenciosas orejas gigantes, aguantamos la respiración. Suenan las primeras notas, el bajo viene de África, la batería del Infierno, los teclados de Saturno. Una luz cenital baña a Fripp quien acaricia la guitarra y poco a poco convierte al universo en el más exacto reloj, en la prueba irrefutable de que Dios existe y es melómano.
Al final, después de veinte rolas y veinte minutos de aplausos, la guitarra guarda a Fripp en su estuche y sale por la puerta trasera, hacia la noche.
4 comentarios:
Bueno, aprovecho tan excelente cuento, para desenmascarar mi mala costumbre de piratear y comentar que termíné de bajar la discografía completa de uno de los más grandes grupos de la historia:
King Crimson, por si algun despistado no lo sabe.
Eso sí, sigo siendo ateo.
EStupendo, me gusto mucho, gracias por compartir
Muy bueno, gracias por compartir.
Excelente minicuento. Redondito y contundente. ¡Un abrazo!
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