SEGUNDO CUENTO DE CUENTA EXACTA
Luis Solepow
Haré un nuevo intento, seco, sesgado, escueto. ¡No diga nada! Gastaré lo mínimo. Hasta aquí sólo usé veinticinco. Voy a hablar del único tema importante que existe: la muerte, y antes de haber gastado las ciento treinta palabras permitidas habré logrado plasmar la ecuación definitiva. ¡No me interrumpa! Voy bien porque aún me queda la mitad de la provisión intacta. O poco más de la mitad, que es lo mismo. ¿Ochenta y cuatro ya? ¿En qué las despilfarré? ¿Sólo me quedan treinta y cinco? ¡Al grano! La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene. ¿Cómo que ya lo dijo Borges? ¿Plagio? ¿Cómo que plagio? ¡Lo pensé con mi propia cabeza! Pongo otra y arreglo... ¿Cómo que se acabó?
1 comentario:
Luis, olvidate de las 130. O contratá un contador para que se encargue de esas minucias de controlar cantidades. Hacé un borrador con la idea básica, y sobre todo, no vuelques todos tus pensamientos en la hoja. Me parece que el problema está en la cordinación entre mente y manos.
Bah, digo yo.
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