domingo, 6 de julio de 2008

Soñar despierto - Eduardo M. Laens Aguiar


SOÑAR DESPIERTO
Eduardo M. Laens Aguiar

En Kalam, nadie ve. Todos son ciegos.
Siempre fue así y nadie pensaba la vida de otro modo. Hasta que un niño, cuando supo hablar, preguntó:
—Abuelo, ¿por qué tus ojos son como el cielo?
La noticia inundó Kalam como un torrente de deshielo.
Nadie pudo desmentir las visiones, ni corroborarlas. Muchos lo veneraron, otros le temieron.

A los cuatro años tuvo más poder que el mayor de los ancianos.
—¡Deja de inventar cosas! —le dijo uno de sus maestros.
—Yo no invento —repuso el niño con seriedad.
—¡Mientes! —dijo otro de los docentes.
—Sólo digo lo que veo.
—Tal vez no ves, sólo sueñas —opinó un tercero.
—Entonces despiértenme cuando deje de soñar.

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