OPUS GLORIAM
Jorge Martín
Hice una invocación para las musas bajo la fuerza imperiosa de un conjuro. Me visitaron sumisas, dieron aliento con ímpetu a la furia creativa que amenazaba partirme en dos al final del día. Doblado sobre el papel me sentía capaz de cincelar en piedra. Los sentidos se ofrendaban ansiosos con sus multifacéticas aristas. Miré hacia delante y en el futuro todas las glorias esperaban atentas el alumbramiento inminente.
Puedo declarar ahora que ha nacido, que pasó por mí como una creación de linaje divino, se deslizo de mis entrañas a la vida y aquí está el fruto, lo están saboreando virgen. ¿Cómo que no les parece extraordinario y trascendente? ¿Y todo mi esfuerzo, y tanta colaboración sobrehumana? ¿Amenazan relegarlo sin haber terminado de leer? Moiras fatales, ahogan mis desvelos apenas paridos. Pues yo los olvido, negadores de gloria, que mi obra vaya a químicamente impuro.
Puedo declarar ahora que ha nacido, que pasó por mí como una creación de linaje divino, se deslizo de mis entrañas a la vida y aquí está el fruto, lo están saboreando virgen. ¿Cómo que no les parece extraordinario y trascendente? ¿Y todo mi esfuerzo, y tanta colaboración sobrehumana? ¿Amenazan relegarlo sin haber terminado de leer? Moiras fatales, ahogan mis desvelos apenas paridos. Pues yo los olvido, negadores de gloria, que mi obra vaya a químicamente impuro.
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