
12 DE AGOSTO DE 2008
María Brachetta
“¡Que los cumplas! ¡Que los cumplas! ¡Que los cumplas, qur los cumplas! Que los cumplas, Matilda!”
Hacía tiempo que algo le faltaba. Sus noches se deshacían en la búsqueda de los sinónimos. El diccionario íntimo de la muchacha carecía de una palabra.

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