lunes, 21 de julio de 2008
Arca - Edilberto Aldán
ARCA
Edilberto Aldán
No siguió el estruendo a la luz. Les sorprendió la constancia con que el relámpago se acomodó en el cielo, extendiendo su claridad hasta derramarse por encima de sus cabezas.
Acostumbrados a la tormenta no reconocían el amanecer, uno a uno ascendieron a cubierta, lentos, desconcertados, sin saber qué hacer con el miedo que los había hermanado durante la navegación, con las marcas de la fraternidad que genera el temor todavía latentes en la piel. El sol esclareció su naturaleza.
Se recobraron, primero los reptiles, enseguida los roedores, perezosos los felinos. Lo primero que tocó tierra seca fue la sangre animal que fresca resbalaba por el casco del arca.
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3 comentarios:
Un cuento feroz, que me gustó mucho.
Extraordinario cuento. Felicidades.
Muchas gracias por sus comentarios
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