CADENAS
María del Carmen Arellano
Enciende la computadora. Abre una página en blanco de su correo. Escribe. Selecciona una dirección cualquiera de su lista de contactos. Enviar. Se levanta. Remueve su caldero. Regresa. Cambia la página del libro de hechizos. Abre otro mail en blanco. Termina con un “Envía esto a todos tus contactos”. Enviar. Clic en el icono del MSN. Kokanica revive para hablar con Warnat99 y Biefall. Se levanta de nuevo. Las cadenas que la atan tintinean. Remueve el caldero. Llega un mail. Más cadenas. Cadenas que tintinean. El tipo que convirtió en zombi la semana pasada la mira, perplejo y se desnuda para ella en la cámara web. Entre la humareda del caldero que envuelve su prisión ella le guiña un ojo. Teclear. Clic. Enviar.
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