Cumbre – Sergio Gaut vel Hartman

CUMBRE
Sergio Gaut vel Hartman

—Faltan sillas —dijo Genghis—. Acomódense como puedan.
—Permaneceré de pie —dijo Adolf, envarado. Taconeó.
—Yo le cedo la mía —dijo un rey marciano al que sólo conocíamos de vista. Genghis se encongió de hombros, pero Saladino se quejó por el café, Alejandro se pasó de la raya en su coqueteo con Mussolinni y Atila orinó en el suelo. La cumbre se iba orondamente al carajo. Le di un leve codazo en las costillas al mongol y le hablé al oído. El gran khan asintió y batió palmas. Sacó unos huesos del bolsillo del kaftán y los puso sobre la mesa. Atila sonrió.
—A mi juego me llamaron —dijo—. Nadie me gana a esto. —Miró hacia el techo de la tienda—. Dije Nadie.