domingo, 20 de julio de 2008

Espanté una mosca que me molestaba - Eduardo Abel Gimenez


ESPANTÉ UNA MOSCA QUE ME MOLESTABA
Eduardo Abel Gimenez

Espanté una mosca que me molestaba, y por un momento me imaginé la situación desde el punto de vista del insecto.
Un obstáculo enorme, incomprensible, le impedía acercarse a algo tibio y húmedo donde alimentarse y, tal vez, poner huevos. Para el bicho sin duda era imposible entender lo que ocurría: no estaba equipado para descubrir mis límites, mi comienzo y mi final, mi alcance, mis intenciones.
Era simplemente una catástrofe contra la que no podía hacer nada. Ni siquiera sabía en qué dirección evitarme, cómo ir hacia otro montoncito de caca o cosa podrida o lo que tuviese en mente, sin tropezar conmigo.
Una situación no muy diferente de la que enfrentamos los humanos.

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