JAJAJAJA
María Brachetta
Matilde se levantó una vez más sin reconocer la realidad.
Los días de Matilde se sumergían en la monotonía del dolor.
El tiempo de Matilde era otro, incomparable con el tiempo actual.
Las manos de Matilde tenían otro roce, yo pude tocarlas, y entre sus grietas guardaba hojas de eucalipto.
El cuerpo de Matilde podía camuflarse en el andar estereotipado de los demás, era una excelente actriz.
Pero Matilde nunca se sentía feliz, su incesante espera fue pudriendo su interior.
El día más triste de Matilde fue cuando decidió implementar la técnica de citar las risas.
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