LA AUTOPSIA
J.Javier Arnau
La superficie fría de su cuerpo resplandecía bajo las luces de la sala de autopsia.
En un primer momento le hizo cierta gracia, ver su cuerpo desde esa distancia. Posteriormente, a medida que los médicos iban profundizando capa tras capa, órgano tras órgano, víscera tras víscera, el asunto dejó de hacerle gracia.
Entonces decidió volver a ese cascarón que hasta hacía poco había sido su cuerpo.
Pero con la mayoría de órganos y vísceras dispersos por las diferentes mesas de las salas, volver a tomar el control se le hizo más dificultoso que la primera vez; daba igual, tomaría el cuerpo de cualquiera de los presentes en la habitación...
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