LA CHIMENEA
Doris Camarena y Ricardo Bernal
En el conducto de la chimenea, a dos metros del suelo, hay un esqueleto; entre sus brazos estrecha un osito de peluche hecho jirones. Arriba del esqueleto, un enorme cadáver momificado sostiene un tren miniatura. Arriba de la momia un hombre obeso, vestido de rojo, agoniza con la boca llena de tierra; entre la pared y su barriga se apretujan algunos personajes de plástico.
—Con este, van tres repartidores que se nos desaparecen con la mercancía —sentencia el gerente de la colosal juguetería instalada en pleno polo Norte.
—Con esta, van tres navidades que Santa no me trae regalo —piensa tristemente Bobby, mirando el calcetín navideño que cuelga vacío del marco de la chimenea.
3 comentarios:
Excelente... pero no puedo dejar de pensar cuantos cuerpos habrá en mi chimenea.
Quizá ya sean polvo.
Está raro, y fuera de época… pero viéndolo por el lado amable, creo que esa es la ilusión de creer en algo, cuando todavía se tienen esperanzas… en la humanidad. Uuuu por eso estoy amargada, porque no tenemos chimenea
Original, acá los esqueletos los guardaban en la chimenea, no en el tradicional armario... En casa, no tengo chimenea ni armario. ¿Dónde pondré los míos?
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