domingo, 20 de julio de 2008
Martirio - Alberto Chimal
MARTIRIO
Alberto Chimal
Las manos soñaron que no eran del padre Rocha, sino de San Luto de Maguncia, el que murió cuando quiso cerrar un famoso burdel.
Aquellas manos virtuosas —levantadas, ah, en prohibición y temor divino—habían sido cortadas por un centurión borracho. Y estas manos, en la oscuridad, sintieron de pronto el dolor pero, también, se maravillaron con la recompensa: "¡Vivir para siempre, cubiertas de cera brillante, sobre un cojín de terciopelo rojo, bajo un capelo de cristal...!"
Entonces amaneció y las dos despertaron, posadas en las blandas carnes del padre. Y no tenían ojos para llorar, boca para un lamento, pero con el día empezaban el cargar y el limpiar, el tirar, el empujar, todos los deberes miserables.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario