LA CLEPTÓMANA
Ramón Gómez de la Serna
Era poderosa y aristocrática, pero tenía la obsesión de las cucharillas.
Es esa una cleptomanía corriente, sobre todo en los palacios reales, y por eso hubo reyes que cambiaron las de oro por otras de símil oro, para evitar que se llevasen el costoso "recuerdo de S. M."
Poseía cucharillas de los mejores hoteles del mundo, de las casas más nobles —con el escudo en el agarradero—, y hasta algunas arrancadas a las colecciones napoleónicas.
Un día, sin poder resistir mi curiosidad, le pregunté que se proponía almacenando tantas cucharillas. Entonces la cleptómana me dijo en voz baja: —Vengarme del mundo... Dejarlo sin una cucharillas... Que muevan el café con tenedor.
Es esa una cleptomanía corriente, sobre todo en los palacios reales, y por eso hubo reyes que cambiaron las de oro por otras de símil oro, para evitar que se llevasen el costoso "recuerdo de S. M."
Poseía cucharillas de los mejores hoteles del mundo, de las casas más nobles —con el escudo en el agarradero—, y hasta algunas arrancadas a las colecciones napoleónicas.
Un día, sin poder resistir mi curiosidad, le pregunté que se proponía almacenando tantas cucharillas. Entonces la cleptómana me dijo en voz baja: —Vengarme del mundo... Dejarlo sin una cucharillas... Que muevan el café con tenedor.
1 comentario:
gracias por la ayuda en mi tarea
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