jueves, 24 de julio de 2008

Elección forzada - Jorge Martín


ELECCIÓN FORZADA
Jorge Martín

Largas horas deliberando, intermedios, corillos, alianzas de pasillos, presiones y amenazas, traiciones de último momento. Idas y venidas que no arrojaron como resultado más que un empate. Inútil sugerir que cambien de estrategia para conseguir un acuerdo. Afuera, la gente, bajo el crudo invierno, coreaba por un resultado hacía meses. El trabajo, la siembra, los viajes, la construcción y el comercio se habían detenido. Los electores habían ido demasiado lejos. Un grupo de manifestantes con clavos y martillos clausuraron las puertas, otros, con escaleras retiraron el tejado de la capilla Sixtina y cayó sobre los purpurados una fría y copiosa nevada que se acumulo rápidamente en las capas de armiño. Nada de comida, ni de salir. A las pocas horas el conclave eligió al nuevo papa.

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